martes, 14 de marzo de 2017

Daños

Siempre me dicen que soy insoportable, y sí lo soy. Sé perfectamente bien que no soy una santa, que inclusive probablemente sea la víbora mas venenosa del lugar. Pero lo reconozco. También sé que a lo largo de mis 20 años lastimé a cuantas personas se me cruzaron por el camino, incluso personas que amé.
Pero también sé que algún día tengo que pagar todo el daño que he causado.
"El amor que algún día rechacé, será el amor que el día de mañana faltará".

domingo, 12 de marzo de 2017

Mi máscara para ocultar fragilidad

Hoy me detengo y comienzo a pensar en cómo era yo hace unos años atrás. Recuerdo que me encantaba decirle a las personas cuánto las quería, aunque no las conociera mucho. La rebeldía estaba en su máximo esplendor, con una pizca de malvadez (sinónimo de "mala" inventado por mí), pero no era una malvadez real, si no una máscara para ocultar la fragilidad de mi corazón. Solía preocuparme por encajar en los grupos, hacía cosas que mis "amigos" me decían que haga, aunque no lo quisiera. Una vez, un chico que conocía de la iglesia estaba feliz por que tenía una regla nueva. Era una época difícil donde no había muchos recursos. Solía pelearse con una amiga mía. No sé por que le dije:
_ Cuánto te juego que te la rompo?
Me miró con intriga:
_ No lo hagas! 
Entonces se la saqué y la partí a la mitad.
 En ese momento, ví en sus ojos tristeza, el dolor de que alguien haya roto algo que para él era valioso. Su dolor me lastimó. Hubiera querido abrazarlo y pedirle perdón, reparar su regla y darle amor. Pero sólo atiné a tirar los pedazos e irme riendo.Cuánta frialdad había en mí. Hoy veo un mundo donde las personas prefieren a los ganadores, exitosos y triunfadores. Yo no quiero amigos triunfadores, sólo quiero amigos que puedan ver en una regla felicidad, y que por nada del mundo permitan que alguien la rompa. 

sábado, 19 de noviembre de 2016

Borrosa visión

Mis ojos ya no ven con claridad, una capa espesa borronea mi exterior.
Hago fuerza para ver, pero cada vez peor. 
Ellos se han empañado, mi corazón no.


Daniela L. Mansilla.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Carta al planeta Tierra

Aún conservas tu belleza, la humanidad se hirió a sí misma y no respetó tu vida.
Tu dolor es el motivo de mis lágrimas. ¡Oh, mi Tierra querida! Nuestras manos te lastiman y aún sigues viva.
Hoy tu vida es destruida y lloras sin consuelo, tu suplicio es un abismo en el que estamos inmersos, ensordecidos por el poder, cegados por el dinero.
Sos única en todo el universo, aún no apareció quien pueda imitar tu cuerpo.
En ti está todo lo bello que hoy conocemos, sos el cofre que guarda nuestros sueños.
Mis brazos jamás lograrán encerrarte y mis pies no recorrerán todo tu cuerpo, pero el día en que mis ojos se apaguen, mi alma libre al fin, volará cada rincón del cielo.
Mi querida Tierra, amada mía, ¿Podras perdonar al hombre que sin darse cuenta destruyó tu vida?

Daniela L. Mansilla.



jueves, 17 de noviembre de 2016

Vuelo


Vuelo entre medio de los árboles, y observo todo desde arriba, tengo el cielo sobre mí y no piso la tierra. La brisa suave acaricia mi rostro, sigo volando.
 Truenos, la lluvia comienza a caer y despacio me moja, abraza a las plantas mientras bailan felices bajo sus gotas.
 ¿Que es eso? Unos pajaritos vuelan a mi lado, libres por el aire, libres por la vida. El agua corre en aquella cascada. Los peces no sienten el fuego del Sol. Me dirijo hacia ella y atravieso el manantial, posandome en una roca. No existe el disturbio, tan solo el ruido del agua golpeando las rocas, el canto de las aves que acompañan mi vuelo.
 Nada me prohíbe cantar, nada. Todo resplandece ante mis ojos, todo brilla. Una cálida brisa me abraza, soy libre.
 Y nada prohíbe mi vuelo sobre la inmensidad, sigo volando hacia cada lugar.
No, no quiero despertar, nunca jamás.

Todo, nada, todo.


Restamos importancia a lo esencial cuando lo tenemos todo. De repente ese "todo" se esfuma y nos queda un vacío, a veces imposible de llenar, tal vez por que creemos que eso era todo y no vemos que la "nada" es algo en realidad. Esa "nada" que sin darnos cuenta nos ofrece todo. Es una sonrisa que se apaga por no saber valorar. Es un cielo que se nubla dejando las estrellas atrás.
 Por eso, voy a apreciar las pequeñas cosas que cuando nos faltan se hacen grandes.
Voy a convertir a la "nada" en mi todo. Pintaré una sonrisa y correré las nubes para que las estrellas vuelvan a brillar.
Todo esto gracias a mi todo, que en un momento fue nada.

Ser libre

Me gusta soñar. Aveces cierro los ojos, e imagino que camino hacia cada rincón del mundo. Escapo por unos segundos de la realidad. Huyo de esta jaula de cuatro paredes por un instante, y me siento libre. Soy como un nómada que cuando le preguntan de donde es, no responde. Podría ser de todos lados, pero aún faltan muchos lugares por conocer. ¿Vale la pena esforzarse tanto por seguir perteneciendo a esta jaula, donde la aristocracia nos explota haciéndonos creer que podemos lograr lo imposible? Muchas veces quise dejarlo todo e ir en búsqueda de la libertad eterna, romper las cadenas que me atan a la sociedad del consumismo y buscar la esencia que ha desaparecido. Siento que es mi deber hacerlo. Por mí y por todos. Pero de momento, debo conformarme con ser libre de vez en cuando.
Daniela L. Mansilla.



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